Porque todo trazo, fotografía, o maqueta, contiene en su interior una historia que no quiero, o no puedo, contar, dejadme que os explique...
jueves, 8 de octubre de 2009
La importancia de llamarse Eustace
The New Yorker es una revista que, a pesar de no haber leído nunca ninguna, me tiene el corazón robado por sus magníficas portadas. Parece increíble que, en los tiempos que corren, una publicación prestigiosa apueste por la ilustración para diseñar sus cubiertas (creo que es así siempre, pero no estoy seguro).
Bueno, en cualquier caso, no conozco mucho sobre esta revista, pero, el otro día (casualidades de la vida), me enteré que 'la primera portada de la revista fue ilustrada por Rea Irvin. El personaje llegó a convertirse en el símbolo de esta publicación y fue llamado «Eustace Tilley» por Corey Ford'(según wikipedia), y, claro, como no podía ser de otro modo, me he puesto manos a la obra.
Lo que pasa es que, cuando me pongo, no hay quién me pare y una cosa lleva a la otra, y esto es lo que pasa.
En fin, que me voy al zoo. Un abrazo y hasta el próximo
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3 comentarios:
jajajajajajaajja, genial, me encnata, deverias mandarsela a ellos, seguro que les gustaria ese omenagew. Saúdos e apertas
Gracias, An. Pues a lo mejor no es mala idea y puede que pruebe suerte. Un abrazo
Pues claro...que te cuesta...ya lo tienes hecho...quien tuviese tu mano...bueno...no tu mano la de los dedos...si no tu buen hacer....Saúdos
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