Bueno, el caso es que la idea se fraguó casi en el mismo instante que las dobles (que no he leído, insisto) y acabó de tomar forma con el lanzamiento del iPad (¡toma ya! Así me lo hago venir bien para ponerme en plan modernillo y hablar sobre el iPad, que, por cierto, es una pasada, ¿qué digo una pasada?, es una megabirgueriapasada, es... es... es... es cara).

Rebueno, estaréis todos de acuerdo cuando digo que este es un tema sagrado (el de los derechos de autor, no el otro). Así pues, un abrazo y no hagáis trampas, que os veo.
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